Hoy me he enterado de hay un genio menos en el mundo, hace poco menos de un mes ha muerto Eric Woolfson, el compositor y vocalista de los Alan Parsons Proyect. Una de las bandas que más ha influenciado mi mundo personal. Todavía recuerdo cuando le cogía las cintas de música a mi hermano. Con ocho años, escuchaba I robot, I in the sky, Piramid, música que se infiltró y proyectaría su sombra sobre el hombre que iba a ser el día del mañana. Kilos y kilos de imaginación provocaban sus obras, horas y horas de felices ensoñaciones, tumbado en la cama su música me llevaba a otros mundos, otras historias, viajes astrales de la mente provocadas por melodías, sonidos y ambientes, la puerta verde en el muro, que Wells, imaginaba, esa que da a otra dimensión, una puerta que para la mayoría se cierra eternamente y a otros se nos queda entreabierta, lo suficiente para que podamos tener los pies en la tierra , y podamos elevarnos cuando se nos antoje, para que la luz de esta realidad no nos achicharre.
Eric siempre fué para mi, no un simple artista, era como una persona tan y tan cercana que podría parecer haberlo conocido de toda la vida. El alma de un grupo legendario, la voz calida, hermosa e innimitable, que dió al grupo la entidad y la mayoría de sus éxitos. Nunca he dejado de seguir sus obras, aún fuera y lejos de Parsons, para darme cuanta que ahí estaba el núcleo y el motor generador del proyecto.
Si la belleza y el arte es un bien escaso en este mundo que estamos construyendo, desde hace un mes falta un timbre de voz y una mente sobresaliente, un artista que con su talento hizo más soportable el camino a millones de vidas, a través de la larga, dura, y triste pero siempre sorprendente y maravillosa Avenida del Amoniaco.
Creo que sin conocerle tengo la sensación de haber perdido un gran amigo, hasta siempre Eric.
Si la belleza y el arte es un bien escaso en este mundo que estamos construyendo, desde hace un mes falta un timbre de voz y una mente sobresaliente, un artista que con su talento hizo más soportable el camino a millones de vidas, a través de la larga, dura, y triste pero siempre sorprendente y maravillosa Avenida del Amoniaco.
Creo que sin conocerle tengo la sensación de haber perdido un gran amigo, hasta siempre Eric.
Nota: Mi novia dice que me deberían haber contratado en su entierro, yo hubiera leido encantado cualquier poema de Poe.
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